St. Faustina Kowalska: Patroness of Krakow 2016

30/11/2015 | By Arguments

Santa Faustina nació en Polonia el 25 de agosto de 1905. Su nombre de bautizo fue Elena Kowalska. A la edad de siete años escuchó la llamada del Señor en su alma invitándola a una vida más perfecta. En su primera Comunión, con nueve años, experimentó una unión fuerte con Jesús. Desde entonces, los momentos que pasaba en la adoración y en la Santa Comunión fueron lo más solemnes. Desde muy joven sintió la llamada a la vocación religiosa, pero sus padres no se lo permitían.   A los dieciocho años algo le marcó su vida. En una fiesta tuvo una visión de Jesús quien, cubierto de heridas y con vestiduras rasgadas, le dijo: “¿Cuánto tiempo hace que te estoy esperando y tu siempre me pones a un lado?”.  Al oír estas palabras se dirigió a la Iglesia de San Estanislao de Kostka. Estando en oración lo escuchó de nuevo: “Ve a Vorsavia, allí entrarás en el convento”. Santa Faustina fue aceptada en el convento de Nuestra señora de la Misericordia y en 1926 empezó su noviciado. Un día Jesús, con apariencia de mendigo, tocó a la puerta y Sor Faustina sin reconocerlo le dio un plato de sopa caliente y pan. Jesús le dijo: “Hija mía, han llegado a mis oídos las bendiciones de los pobres que alejándose de la puerta me bendicen y me ha agradado esta misericordia tuya dentro de los límites de obediencia y por eso he bajado del trono para gustar el fruto de tu misericordia”. Toda su vida fue profundamente influida por visiones y locuciones internas de Jesucristo: “Hija mía, escribe que cuantos más grande es la misericordia de un alma tanto más grande es el derecho que tiene a mi misericordia e invita a todas las almas a confiar en el inconcebible abismo de mi misericordia, porque deseo salvarlas a todas”. “Secretaria mía, escribe que soy más generoso para los pecadores que para los justos. Por ellos he bajado a la tierra, por ellos he derramado mi sangre: que no tengan miedo de acercarse a mí, son los que más necesitan mi misericordia”. “Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercarse a mí”. “Diles a mis sacerdotes que los pecadores más empedernidos se ablandarán bajo sus palabras cuando ellos hablen de mi misericordia insondable, de la compasión que tengo por ellos en mi Corazón”. Santa Faustina murió de tuberculosis el 5 de octubre de 1938 en Cracovia. Sus restos yacen en la capilla del convento bajo la imagen de la Divina Misericordia. Fue beatificada el 18 de abril de 1993 y canonizada el 30 de abril del 2000 por San Juan Pablo II. “En todo el mundo, el II Domingo de Pascua recibirá el nombre de Domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros”. –  San Juan Pablo II. “La humanidad no tendrá paz, hasta que torne confianza en mi misericordia”. Oración: “Oh sangre y agua que brotaron del Sacratísimo Corazón de mi Jesús, como fuente inagotable de Misericordia para todas las almas. Confiemos en Ti”.

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