La perfección en lo imperfecto

06/12/2019 | By Arguments

Antonio Rojas

Arguments

catechesis

la chispa

">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2019/12/La-perfección-de-los-imperfecto-A--e1575632036897.jpg"> El afán de perfección hace a algunas  personas totalmente insoportables. -Pearl S. Buck-  Gitta Mallasz (21 de junio de 1907-25 de mayo de 1992) fue una diseñadora gráfica y artista húngara. Actualmente, es más conocida por su transcripción de una serie de extraordinarias instrucciones espirituales que publicó en el libro Talking with angels, que en España se tradujo como La respuesta del ángel: «Lo que es crecimiento para la planta, lo que es movimiento para el animal, para el hombre es don. Dar no es fruto, es la preparación. Lo inconmensurable aparece en lo mensurable; la perfección en lo imperfecto». Dice un proverbio chino que un diamante con un defecto es mejor que una piedra común que es perfecta. Viven en nosotros como el alma en el cuerpo: la perfección en lo imperfecto y la imperfección en lo perfecto. Bertrand Russell lo dijo así: «Nadie debería creerse perfecto, ni preocuparse demasiado por el hecho de no serlo». El perfeccionismo es el deseo de tratar de hacer las cosas lo mejor posible, lo cual está bien y es un propósito muy loable. El problema surge cuando ese deseo o propósito se convierte en una fuente de ansiedad y estrés llevando nuestra vida a una sucesión interminable de miedos y preocupaciones ante los posibles errores, fallos y equivocaciones que podamos cometer. Es verdad que nuestras imperfecciones nos pueden conducir a un estado de inseguridad o miedo, pero tratar de resolver esos miedos nos ayuda a tener valor. Es sensato pensar que todo individuo cometerá errores a lo largo de su vida, lo cual no significa que no puede ser feliz, si aceptamos que en nuestra propia imperfección habita la perfección. Todos podemos ser perfectamente imperfectos. Existe también una corriente de pensamiento que establece que la perfección no existe, pero sí el perfeccionismo, la tendencia a practicar la mejora continua, buscando la excelencia. ¡Atención al subjetivismo! Lo que para alguien puede parecer perfecto, para otros tal vez sea profundamente equivocado. La perfección puede parecer una utopía que debería convertirse en el motor para hacer que las personas seamos cada vez mejores, y no un líquido viscoso en el que nos hundamos sin otra posibilidad que la de terminar ahogados por el propio anhelo. Hay que buscar la excelencia, no hay dudas, pero con equilibro porque, a veces, por procurar mejorar lo que está bien, lo estropeamos por no saber encontrar el equilibrio entre lo imperfecto en la perfección y la perfección en lo imperfecto.

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