5 oraciones cantadas de la fiesta del Jueves Santo

¿Qué se celebra el Jueves Santo?

El Jueves Santo es el primer día del Triduo Pascual. Se celebra:

  1.  La Pascua.
  2.  El Lavatorio de los pies y el Mandamiento del Amor.
  3.  La institución de la Eucaristía y del Sacerdocio.
  4. La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.

En la mañana de este día, en todas las catedrales de cada diócesis, el obispo reúne a los sacerdotes en torno al altar y, en una Misa solemne, se consagran los Santos Óleos que se usan en los Sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden Sacerdotal y Unción de los Enfermos. En la Misa vespertina, antes del ofertorio, el sacerdote celebrante toma una toalla y una bandeja con agua y lava los pies de doce personas, recordando el mismo gesto de Jesús con sus apóstoles en la Última Cena.

Imagen de Sérgio Alexandre de Carvalho en Pixabay

5 vídeos con 5 oraciones musicalizadas propias del Jueves Santo:

  1. Panis Angelicus
  2. Anima Christi
  3. Ubi Caritas
  4. Mandatum novum do vobis
  5. Dona nobis pacem 

1. Panis Angelicus, cantado por Friar Alessandro

Panis Angelicus es uno de los cinco himnos escritos por Santo Tomás de Aquino para la Fiesta de Corpus Christi como parte de la liturgia completa de la Fiesta, incluyendo oraciones para la Misa y la Liturgia de las Horas. Realmente son las dos últimas estrofas de las siete de las que se compone el himno Sacris Solemniis, que extraídas del conjunto se cantan como antífona. Los otros cuatro himnos escritos por Santo Tomás son:

  1. O Salutaris Hostia (Verbum Supernum Prodiens),
  2. Adoro te devote,
  3. Pange lingua
  4. y Tantum Ergo (que constituye las dos últimas estrofas del Pange Lingua).

Texto en latín del Panis Angelicus:

Panis angelicus fit panis hominum; Dat panis coelicus figuris terminum: O res mirabilis! manducat Dominum Pauper, servus, et humilis. Te trina Deitas unaque poscimus: Sic nos tu visita, sicut te colimus; Per tuas semitas duc nos quo tendimus, Ad lucem quam inhabitas. Amen.

Traducción al castellano del Panis Angelicus:

El pan angelical se convierte en pan de los hombres; El pan del cielo acaba con las antiguas figuras: ¡Oh, cosa admirable! se alimentan del Señor los pobres, los siervos y los humildes. Te rogamos, Dios, uno y trino, que así vengas a nosotros, como a ti te damos culto. Por tus caminos guíanos adonde anhelamos, A la luz en la que moras. Amén.

2. Anima Christi

El origen del Anima Christi es incierto, pero se cree que esta oración pudo haber sido compuesta en el siglo XIV. Busca una intensa unión mística con la persona divina de Jesús y forma parte de las oraciones de acción de gracias después de recibir el Cuerpo Eucarístico de Cristo. Tiene asociaciones ricas relacionados con la Eucaristía (Cuerpo y Sangre de Cristo), el Bautismo (agua) y la Pasión de Jesús (Llagas de Jesucristo). Esta oración se difundió gracias a san Ignacio de Loyola, quien la prescribió en algunas meditaciones de sus Ejercicios Espirituales.

Texto latino del Anima Christi:

Anima Christi, sanctifica me. Corpus Christi, salva me.  Sanguis Christi, inebria me. Aqua lateris Christi, lava me. Passio Christi, conforta me. O bone Iesu, exaudi me. Intra tua vulnera absconde me. Ne permittas me separari a te. Ab hoste maligno defende me. In hora mortis meae voca me. Et iube me venire ad te, ut cum Sanctis tuis laudem te, in saecula saeculorum. Amen.

Traducción al castellano del Anima Christi:

Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame.Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús, óyeme! Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de ti. Del enemigo maligno, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.

3. Ubi Caritas

Ubi caritas es un himno religioso utilizado durante mucho tiempo como una de las antífonas para el lavado de los pies el día de Jueves Santo. La melodía original gregoriana fue compuesta con anterioridad al siglo X. Algunos investigadores consideran que el texto, anónimo, puede proceder de los primeros tiempos del cristianismo, en concreto de las reuniones de los primeros cristianos antes de la formalización de la Misa. Por lo general, se canta en la Adoración Eucarística y Bendición del Santísimo Sacramento y el Jueves Santo por la noche en la Misa de la Cena del Señor. Posteriormente se cambió su utilización desde la ceremonia del lavatorio de pies a la procesión de las ofrendas en la Misa de la Cena del Señor, también en el Jueves Santo.

Letra Original del Ubi Caritas en latín:

Ubi caritas et amor, Deus ibi est. Congregavit nos in unum Christi amor. Exsultemus, et in ipso jucundemur. Timeamus, et amemus Deum vivum. Et ex corde diligamus nos sincero. Ubi caritas et amor, Deus ibi est. Simul ergo cum in unum congregamur: Ne nos mente dividamur, caveamus. Cessent iurgia maligna, cessent lites. Et in medio nostri sit Christus Deus. Ubi caritas et amor, Deus ibi est. Simul quoque cum beatis videamus, Glorianter vultum tuum, Christe Deus: Gaudium quod est immensum, atque probum, Saecula per infinita saeculorum. Amen.

Traducción al castellano del Ubi Caritas:

Donde hay caridad y amor, allí está Dios. El amor de Cristo nos ha congregado y unido. Alegrémonos y deleitémonos en El. Temamos y amemos al Dios vivo. Con sincero corazón amémonos unos a otros. Donde hay caridad y amor, allí está Dios. Estando congregados y unidos, cuidémonos de estar desunidos en espíritu. Cesen las malignas rencillas,cesen los disgustos. Y Cristo nuestro Dios reine entre nosotros. Donde hay caridad y amor, allí está Dios.Ojalá junto con los bienaventurados veamos también tu rostro en la gloria ¡oh Cristo Dios nuestro!. Este será el gozo santo e inefable por los siglos infinitos. Amén.

4. Mandatum Novum Do Vobis

Esta antífona se reza el Jueves Santo durante el lavatorio de los pies. Con ese gesto de servicio humilde Cristo nos dio este mandamiento nuevo: amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado. 

Letra Original del Mandatum Novum Do Vobis en latín:

Mandatum novum do vobis: ut diligatis invicem, sicut dilexi vos, dicit Dominus. Postquam surrexit Dominus a cena, misit aquam in pelvim et coepit lavare pedes discipulorum: hoc exemplum reliquit eis. Domine, tu mihi lavas pedes? Respondit Jesus et dixit ei: Si non lavero tibi pedes, non habebis partem mecum. In hoc cognoscent omnes, quia discipuli mei estis, si dilectionem habueritis ad invicem. 

Traducción del Mandatum Novum Do Vobis en castellano y del Salmo 132:

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si os tenéis amor los unos a los otros. Dios ha jurado a David, verdaderamente no se retraerá de ello: Del fruto de tu vientre pondré en tu trono. Si tus hijos guardan mi pacto y mis recordatorios que yo les enseñaré, los hijos de ellos también para siempre se sentarán sobre tu trono. Porque Dios ha escogido a Sión; la ha ansiado como morada para sí: Este es mi lugar de descanso para siempre.

5. Dona nobis pacem

'Dona nobis pacem' (danos la paz) es la respuesta final del párrafo que comienza con 'Agnus Dei, ...' (cordero de Dios) en la Misa. Este canon se va repitiendo intercalando las distintas voces: Dona nobis pacem, pacem,  dona nobis pacem.

Procesión y canto de entrada: las partes de la Misa (I)

¿Por qué la Iglesia manda ir a Misa los domingos y fiestas de guardar?

Uno de los mandamientos de la Iglesia es el de oír Misa entera todos los domingos y fiestas de guardar. Este mandamiento se “cumple” cuando se participa en la Misa desde el principio (“En el nombre del Padre…”) hasta el final (“Demos gracias a Dios”). Sin embargo, para que no sea un “cumpli-miento” vano y vacío, es necesario prepararse antes de la celebración y quedarse después para agradecer el gran don que acabamos de recibir, para asumirlo mejor, para vivirlo mejor.  https://www.arguments.es/liturgia/cuales-son-los-5-mandamientos-de-la-iglesia/

La preparación inmediata para asistir a Misa

Llegar con un buen rato de antelación a la iglesia para la celebración permite prepararse para celebrarla con todo el corazón, alma y ser. Podemos serenarnos y poner el alma en sintonía con Dios, empezando a abrir nuestro corazón y nuestra vida al Señor para que la celebración eucarística pase por ella.  El sonido de la campana nos indica que el sacerdote sale de la sacristía y comienza la celebración de la Eucaristía. A su salida la asamblea se pone en pie y se entona el canto de entrada. No es ni un mero gesto ni un canto cualquiera. El ponernos en pie es un signo de respeto, de reverencia. Con este gesto mostramos que somos una asamblea reunida por el Señor para dar culto. Al ponernos en pie mostramos que somos el Pueblo de Dios reunido por Él y dispuestos a darle el culto que merece. En este gesto resuena aquella maravillosa cita de la Sagrada Escritura: “Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra salvación”.

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La procesión de entrada, el comienzo de la Misa

La procesión de entrada es otro gesto muy evocador. Remarca el carácter peregrinante de la asamblea, de la Iglesia de la tierra que peregrina hacia la verdadera patria, el cielo. Esta procesión, en la que estamos en pie, introduce a la comunidad terrena en la comunidad del cielo, nos lleva del altar de la tierra al Altar del cielo. 

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El canto de entrada

El canto de entrada, que acompaña a la procesión, tiene un carácter de preparación e introducción en el espíritu del misterio y tiempo a celebrar. Este canto une las distintas y propias voces de cada fiel en una sola que se dirige a Dios, y une, sobre todo las distintas voces del corazón para formar un solo coro en el Espíritu que eleva a Dios un canto agradable. El canto de entrada tiene la virtud de poner, la gran mayoría de las veces, letra a los sentimientos que llevamos en el corazón y con los que nos predisponemos a adentrarnos en el misterio de la celebración.  Este canto de entrada, entonado en la procesión, y puestos en pie, evoca que “somos un pueblo que camina, y juntos caminando podremos alcanzar” nuestra Patria del cielo. Remarca la pertenencia a la comunidad donde “juntos vamos caminando al encuentro del Señor”.

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¿Por qué es bueno llegar con tiempo a Misa?

Como hemos podido ir viendo, para poder cumplir el espíritu del mandamiento y no la letra, hemos de llegar un rato antes y para poder poner nuestro corazón, alma y ser en el misterio a celebrar. Llegando antes podremos introducirnos paulatina y simbólicamente en la Jerusalén del cielo, sentir esa alegría de aquel que sube al Templo y empieza a pisar sus umbrales. 

La importancia de los gestos en la liturgia y en especial en la Misa

Participar en la gestualidad de la comunidad y en sus cantos nos ayuda también a penetrar y asimilar el espíritu de este mandamiento. Este inmenso bien de la celebración eucarística se protege con una ley, con un mandamiento, con lo que lo importante es el bien que hay detrás protegido y no el mero “cumpli-miento” de la ley. Adorar, por tanto, en espíritu y verdad. 

La celebración Eucarística: el acontecimiento más grande de nuestra vida

En la celebración Eucarística tocamos a Dios y somos tocados por Él

Adentrarse en el Misterio que acontece durante la celebración eucarística es lo más grande que puede hacer cualquiera de nosotros. Ni construir rascacielos, ni descubrir una cura para el cáncer, ni componer una pieza de música que llegue a ser clásica, puede siquiera comparársele a una intención de estas proporciones. Todas estas ocupaciones pueden ser buenas y deseables, pero no alcanzan la raíz de nuestro ser que requiere ser salvado y restaurado. Esto sólo puede hacerlo Dios; sólo en Él somos colmados, rescatados de las garras de la muerte, transformados y elevados a conocerle y amarle como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hemos visto en una entrada anterior que Dios está presente de diversas maneras, y en diversos grados, en la creación, en algunos objetos e imágenes, en la Iglesia, en las acciones litúrgicas y, muy especialmente, en la Eucaristía. En las entradas que siguen nos adentraremos en la celebración Eucarística, para desgranar cada uno de sus momentos y asomarnos a la grandeza del misterio del cual tomamos parte; un misterio de riqueza inagotable en el que tocamos a Dios y somos tocados por Él. He aquí la verdadera fuente de vida que no acaba, y ante la cual, sin embargo, tantas veces pasamos de largo.

Eucaristía: fuente y culmen de la vida cristiana

Como enseña el Concilio Vaticano II, la Eucaristía es fuente y culmen de la vida cristiana (cf. LG 11, y otra referencia anterior: ">http://w2.vatican.va/content/pius-xii/es/encyclicals/documents/hf_p-xii_enc_20111947_mediator-dei.html">Mediator Dei 8). ¿Esto qué significa? Es fuente, porque de ella mana hacia nosotros la gracia y obtenemos con la máxima eficacia nuestra santificación en Cristo. Asimismo, es culmen; y ello por dos motivos: tanto porque en ella se realiza la cumbre de la salvación de Dios a los hombres, como porque no hay un culto a Dios más perfecto que el sacrificio del altar, el auténtico culto en Espíritu y en Verdad en que a Dios le es tributado todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.

La Redención, misterio de salvación y de amor de Dios por los hombres

La salvación de Dios ha acontecido en la historia alcanzando su plenitud en Jesucristo. Desde la Encarnación toda la vida de Cristo es salvífica: desde sus gestos, que manifiestan y comunican la misericordia del Padre, hasta su palabra de verdad que iluminó y liberó a quienes fueron encontrados por Él en los caminos de Palestina. Sin embargo, hay un núcleo de su acción salvífica. El corazón de su misión redentora es el Misterio Pascual, es decir, su pasión, muerte, sepultura, resurrección y glorificación a la derecha del Padre. En las honduras de este misterio encontramos la esencia de la Misa, que puede definirse también como memorial del Misterio Pascual. No es sólo un recordar lo que hizo Jesús como un hecho pasado, sino hacer presente su acción salvífica en el hoy de la celebración, en el aquí y el ahora, recibiendo los frutos de su sacrificio redentor. En la Misa somos introducidos en la victoria del Resucitado sobre la muerte, unidos a Él, y elevados por Él a la vida eterna.  

¿A quién se convoca en la celebración Eucarística?

En la celebración se nos convoca como pueblo que adora al Dios vivo, que da gracias al Padre por el sacrificio de Cristo, y celebra su misterio pascual. La asamblea de fieles es invitada a participar, uniendo la integridad de nuestra existencia: alegrías, tristezas, anhelos, miedos, frutos del trabajo, las necesidades y toda nuestra pobreza y fragilidad. Todo ello lo unimos a Cristo, que se ofrece al Padre y nos ofrece a nosotros con Él en el altar. No debemos olvidar que a la celebración somos convocados, es decir, elegidos por el Señor mismo e invitados a participar de su banquete.

¿Quién celebra la Eucaristía?

Cristo es el actor principal y preside invisiblemente toda celebración. La cabeza visible es el sacerdote, quien preside actuando in persona Christi. Sin embargo, no sólo celebran Cristo como cabeza y el sacerdote, como cabeza visible, sino el Cristo Total, compuesto por Cristo, Cabeza, y la Iglesia, cuerpo de Cristo. Al decir Iglesia nos referimos no sólo a la comunidad visible que se reúne en torno al altar, sino a toda la Iglesia, visible e invisible, en sus tres fases: la de quienes gozan de la visión de Dios en el cielo –la comunión de los santos-, la de quienes han muerto y se purifican para alcanzar la bienaventuranza eterna en el purgatorio, y la peregrina, en la que estamos nosotros, miembros de Cristo que esperamos alcanzar tras la muerte la definitiva comunión con Dios en el cielo. Tener esto presente en cada celebración -aunque veamos en ella, por ejemplo, tan sólo a un sacerdote y un par de fieles-, nos abre el panorama hasta el infinito y cobramos con ello conciencia del gran misterio en el que tomamos parte.

¿Para qué celebramos la Eucaristía?

Nos recordaba el Papa Francisco en sus catequesis sobre la Misa que nosotros los cristianos acudimos a la celebración para encontrar al Señor resucitado y, más aún, para dejarnos encontrar por Él, para escuchar su Palabra, alimentarnos en su mesa y así convertirnos en Iglesia (cf. Audiencia general del 13 de diciembre de 2017). En este dejarnos encontrar por el Señor, no damos nosotros a Dios algo que Él no tenga ya, pues no tiene necesidad de nada. Vamos a la Eucaristía para recibir de Él aquello de lo que nosotros necesitamos más: la gracia que nos salva, que nos purifica, que nos eleva a compartir su vida.

¿Cómo se estructura la Misa?   

La Misa tiene dos grandes partes que forman un único acto de culto: la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística. Éstas están precedidas por ritos iniciales y finalizadas por ritos conclusivos.

Cómo hacer una buena confesión: 5 pasos y examen de conciencia

Volver a empezar es posible, ¡dale al reset y confiésate!

¿Alguna vez te has sentido así? ¿Te gustaría volver a empezar? Pues dale al reset y confiésate; ¡sigue adelante con la ayuda de la gracia!

¿Qué es la confesión?

La confesión es uno de los 7 sacramentos. También se le llama Sacramento de la Penitencia o de la Reconciliación. En él, Dios nos perdona los pecados a través de un sacerdote si cumplimos algunas condiciones.

Cómo hacer una buena confesión: cuáles son los 5 pasos

Los 5 pasos para hacer una buena confesión con un sacerdote son los siguientes: Examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. Os dejamos esta pequeña guía para la confesión en forma de webstories:

1. Examen de conciencia (diferentes tipos según la edad)

Benedicto XVI explica el examen de conciencia

El examen de conciencia tiene un valor pedagógico importante: educa a mirar con sinceridad la propia existencia, a confrontarla con la verdad del Evangelio y a valorarla con parámetros no sólo humanos, sino también tomados de la Revelación divina. La confrontación con los Mandamientos, con las Bienaventuranzas y, sobre todo, con el Mandamiento del amor, constituye la primera gran «escuela penitencial». En nuestro tiempo, caracterizado por el ruido, por la distracción y por la soledad, el coloquio del penitente con el confesor puede representar una de las pocas ocasiones, por no decir la única, para ser escuchados de verdad y en profundidad.

2. Dolor de los pecados

El dolor de los pecados significa que estamos verdaderamente arrepentidos de los pecados que hemos cometido y los rechazamos. No queremos volver a hacerlo. Por eso el dolor de los pecados está muy ligado al propósito de la enmienda: proponerse no volver a hacerlo más.

Oración "Yo Confieso"

Yo confieso ante Dios to­do­poderoso y ante vosotros, hermanos: que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso, ruego a Santa María siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor.

3. Propósito de la enmienda: Acto de contrición

Cuando la contrición de los pecados es verdadera, el deseo de no volver a repetir los pecados ¿Cómo hacer un acto de contrición? Es sencillo, te proponemos una oración muy usada en la Iglesia para hacer el propósito firme de no volver a pecar.

Oración "Señor mío, Jesucristo"

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío: por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa que podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.

4. Decir los pecados al confesor

¿Por qué tengo que confesarme con un sacerdote?

En la tarde del domingo de Resurrección Jesucristo instituyó el sacramento de la Penitencia, al decir a sus discípulos: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengáis, les son retenidos" (Juan 20,22-23). Instituyó este sacramento a manera de juicio, pero juicio de misericordia, para que los Apóstoles y legítimos sucesores pudiesen perdonar los pecados. Para más información, puedes descargar este Powerpoint sobre el perdón de los pecados, que explica en profundidad el tema:

Cómo decir los pecados al confesor

"Mira los brazos abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez. Y cuando te acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te libera de la culpa. Contempla su sangre derramada con tanto cariño y déjate purificar por ella. Así podrás renacer, una y otra vez" (Papa Francisco, Christus Vivit, 123).

¿Cómo debe ir vestido el sacerdote cuando confiesa?

Habitualmente, el sacerdote vestirá el alba blanca y una estola morada. Si el sacramento se celebra fuera de la Iglesia no es necesario que se vista de ninguna manera especial. Para profundizar en este tema os dejamos este post:

¿Qué es el secreto de confesión?

El sacerdote no puede revelar ninguno de los contenidos que los penitentes han confesado. La pena para un sacerdote que incumpliera el secreto de confesión es la excomunión automática, es decir, queda expulsado de la Iglesia Católica.

5. Cumplir la penitencia

Después de decir los pecados al sacerdote puede que te quedes aliviado, pero todavía falta algo: la penitencia. Es una pequeña oración o tarea que te dirá el sacerdote para reparar por tus pecados. Pueden ser algunas oraciones o acciones relacionadas con los demás. Es una pequeña manera de reparar el daño que hemos causado. Si no nos damos cuenta de cuál es la penitencia que nos ha indicado el sacerdote podemos preguntarle al final de la confesión sin ningún problema y nos lo volverá a decir. Si nos dice que recemos una oración y no la conocemos podemos decírselo y quizá la rece con nosotros o nos diga otra oración en lugar de la primera.

Vídeos sobre la confesión

La confesión explicada por niños

Los jóvenes y la confesión en la JMJ de Madrid 2011

Contrición, confesión y penitencia

El Papa Francisco, el primero que se confiesa

Es habitual desde principios de Pontificado ver al Papa Francisco confesándose en Cuaresma. Pero el Papa no se confiesa solamente en ocasiones importantes o cuando le están grabando las cámaras de televisión. Como él mismo ha declarado:"El Papa se confiesa cada 15 días porque es un pecador".

La parábola del Hijo Pródigo

En el Evangelio, uno de los momentos en el que Jesús explica cómo es el perdón de Dios es la parábola del Hijo Pródigo. Os dejamos un post en el que profundizar en el significado de esta parábola.

Un infográfico con los pasos para hacer una buena confesión

¿Cuáles son los colores de la liturgia?

¿Qué papel juega el color en la Liturgia?¿Por qué el sacerdote se viste con colores diferentes en misa?

Cuando asistimos a la celebración de la Eucaristía pronto nos damos cuenta de un detalle que puede parecer insignificante pero que no lo es: el color de las vestiduras litúrgicas del sacerdote. El color entra por los ojos hasta el fondo del alma para pintar en ella un aspecto del misterio que se está celebrando. La Iglesia, iluminada por la asistencia del Espíritu Santo, quiere hacer más énfasis en ese día o en ese tiempo litúrgico en ese aspecto a través de ese color. Así, el color litúrgico deja de ser una cuestión vana y superficial para convertirse en misterio y figura. El color nos habla del misterio, colabora a hacerlo un poco más visible y asimilable para nuestra alma.

¿Qué colores se usan en la Litugia?

El Papa Inocencio III estableció que los colores usados por la Iglesia de Roma serían cinco: blanco, rojo, verde, morado y negro. Estos dos últimos son afines y equivalentes, pero primaría el negro. Con el paso de los años y de las sucesivas reformas litúrgicas este elenco de colores se modificaría: se añadió el rosa, el azul y se eliminó el negro, salvo contadísimas excepciones.

¿Qué significan los colores litúrgicos y cuándo se usan?

¿Qué simboliza cada color usado en la liturgia romana? ¿Cuándo se usan? Los colores litúrgicos tienen el siguiente significado y uso:

  1. Blanco es signo de alegría y de pureza e inocencia. Es usado en el Tiempo de Navidad, de Pascua, las Solemnidades del Señor, las memorias de los santos que no son mártires.
  2. Verde es signo de esperanza y de vida. Es el color usado en los domingos del Tiempo Ordinario y en las misas de feria de ese Tiempo, las que no se celebra ningún santo.
  3. Rojo es signo de realeza y martirio, el color de la sangre y del fuego del Espíritu. Es el color usado para Pentecostés, confirmaciones, las misas del Espíritu Santo, Viernes Santo, Exaltación de la Santa Cruz y las misas donde se celebra un santo mártir.
  4. Morado es signo de dolor y de esperanza, de penitencia esperanzada. Es el color usado en los tiempos de Adviento y Cuaresma y en las misas de difuntos.
  5. Negro es signo de tristeza, de luto. Era el color dedicado a las misas de difuntos antes de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. Actualmente solo se usa en aquellos lugares donde la tradición de usar este color en misas de difuntos estuviera muy arraigada. Era también el color de la misa del 2 de noviembre, Solemnidad de todos los fieles difuntos.
  6. Azul es el color dedicado a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el 8 de diciembre. En 1864 la Santa Sede otorgó a todas las iglesias de España (englobando aquí todos los territorios que entonces estaban gobernados por los españoles) el privilegio de usar ornamentos azules en esta solemnidad y en su octava posterior.
  7. Rosa es un color poco usado. Solo se usa dos domingos al año: el tercer domingo de Adviento, llamado Gaudete, y el cuarto domingo de Cuaresma, llamado Laetare. Simboliza una relajación del rigor penitencial y nos recuerda que la penitencia es preparación para las fiestas que se van a celebrar, Navidad y Pascua. De ahí que este color sea la “mezcla” de color morado y blanco.
  8. Hay también un tipo de tela que se usa cuando se quiere dar mayor solemnidad a algunas celebraciones: son las telas con hilos de oro, doradas. Se puede usar en todos los colores excepto en el negro y en el morado por su carácter penitencial y de luto.

Colores litúrgicos y vida cristiana

Estos colores no solo tienen que estar presentes en las vestiduras sacerdotales, también tienen que estar en nuestro corazón. Así:

15 ideas del Papa Francisco sobre la Misa

¿Qué dice el Papa Francisco sobre la Misa?

¿Por qué es importante la Misa? ¿Qué ideas podemos tener en la cabeza cuando asistimos a Misa el domingo? Dentro de la Misa es especialmente importante el momento de la consagración (donde Jesús vuelve a estar presente entre nosotros) y la comunión (cuando comemos el cuerpo de Jesús). Como recibimos al mismo Jesús es importante limpiar bien toda la suciedad que hay dentro de nosotros y para ello el mejor modo es una buena confesión. Dicho esto, ¿qué es la Eucaristía, la Misa, para el Papa Francisco? (Para ver todos los nombres que recibe la eucaristía puedes ver este otro post). Podemos sacar algunas ideas de los tuits que ha publicado… Predomina sobre todo la idea de que es Dios quien tiene la iniciativa, Jesús quien se da en la Eucaristía a nosotros.

Eucaristía es…

  1. Es un encuentro con Jesús
  1. Es la antesala del Paraíso
  1. Es alimento espiritual
  1. Es uno de los modos para encontrar a Jesús
  1. Es un don que nos ayuda a darnos a los demás

¿Cómo nos ayuda la Eucaristía?

  1. Saboreamos las palabras y gestos de Jesús
  1. Aprendemos que tenemos que “partirnos” por los demás
  1. Nos unimos a Jesús
  1. Nos fortalece para vivir la fe
  1. Pasamos de la muerte a la vida
  1. Recibimos lo que más necesitamos

¿Por qué es importante la misa?

  1. Jesús quiere entrar a través de ella en nuestra vida
  1. Dios se da a sí mismo
  1. Jesús regenera en nosotros el amor
  1. La misa es el centro de la vida de la Iglesia
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¿Por qué los sacramentos son tan importantes en la vida cristiana?

Sacramentos y vida cristiana

Toda la vida litúrgica de la Iglesia gira en torno al Sacrificio Eucarístico y los sacramentos” (SC 6) Jesucristo está presente en su Iglesia donando la salvación principalmente en los actos litúrgicos. Así, en la vida cristiana, de seguimiento de Cristo, tiene un carácter central la liturgia, y dentro de ella los sacramentos. Todas las acciones de Jesús durante su vida en la tierra eran salvíficas. Todo anticipaba la fuerza del Misterio Pascual. Los misterios de la vida de Jesús (tanto los ocultos como el Misterio Pascual) son los fundamentos de lo que la Iglesia, por medio de sus ministros, y en nombre de Cristo dispensa en los sacramentos. No podemos perder de vista algo fundamental que decía San León Magno: “lo que era visible en el Salvador ha pasado a sus misterios”. En los sacramentos nos encontramos verdadera y realmente con el Salvador.

¿Que son los sacramentos?

Son fuerzas que brotan del Cuerpo de Cristo. Esta fue la experiencia de la hemorroísa. Este Cuerpo está siempre vivo y vivificante. Por la fuerza del Espíritu Santo el Señor actúa en su Iglesia y en cada uno de sus miembros de una forma personal. Siempre hay que recordar que los sacramentos son “de la Iglesia”. Existen “por ella” porque es el medio de acción de Cristo (es como un sacramento de la acción de Cristo, de salvación), y existen “para ella” porque estos constituyen y edifican la Iglesia. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=hIRNa0g2wp8[/embed]">https://www.youtube.com/watch?v=hIRNa0g2wp8

¿A qué se ordenan los sacramentos?

Los sacramentos también están ordenados a la santificación de los hombres, no solo a la edificación de la Iglesia. Estos sacramentos requieren que el hombre se acerque con fe, aunque no dependen de la fe. Mi fe no constituye el sacramento, sino que la fe de la Iglesia en esa acción divino-humana es anterior. Yo, como fiel, soy invitado a unirme a esa profesión de fe celebrada. Así podemos entender el adagio de que la ley de la oración es la ley de la fe. Por esto mismo, no puede modificarse ningún rito sacramental, porque la liturgia es fe celebrada.

¿De qué depende la eficacia de los sacramentos?

Bien celebrados y con las debidas disposiciones por parte de quien los recibe, los sacramentos confieren la gracia que significan. Y la confieren por una razón muy simple: es Cristo mismo quien está actuando en ellos por medio de su Iglesia y de sus ministros. Son eficaces también porque su poder mana de la fuerza salvífica de la obra de Cristo, no de quien, a título personal, lo está celebrando. Así, siempre que un sacramento es celebrado según la fe de la Iglesia y conforme a su intención el poder de Cristo actúa. El tema de los frutos en quien los recibe es otro cantar, pues depende de las disposiciones con las que se adentra en la celebración del sacramento. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ab2zU0_Hfb4[/embed]">https://www.youtube.com/watch?v=ab2zU0_Hfb4

¿Tiene sentido decir que creo en Dios pero no practico?

Para los creyentes en Cristo, los sacramentos son necesarios para la salvación. La vida cristiana es una vida sacramental. Nadie puede decir que es creyente pero no practicante, porque está incurriendo en una contradicción. En los sacramentos nos encontramos con Aquel en quien creemos y buscamos como “la cierva busca corrientes de agua”, con la actitud de quien busca el rostro del Señor. En los sacramentos el Señor y el Espíritu Santo nos van modelando a imagen de Dios, cincelando en nuestra alma esa imagen divina con la que fuimos creados. Por tanto, el fruto de la vida sacramental consiste en la adopción por parte de Dios de su criatura a la que va haciendo cada vez más semejante a Él. Por medio de los sacramentos el Padre nos ve cada vez más como hijos en su Hijo por medio del Espíritu Santo. Los sacramentos corresponden a todas las etapas y todos los momentos importantes de la vida del cristiano: dan nacimiento y crecimiento, curación y misión. Un creyente, por tanto, es siempre practicante, y cada vez más practicante y semejante a Dios, que modela como un divino artista su imagen en él.

Te explicamos los 7 sacramentos y te damos recursos para meditar sobre ellos:

https://www.arguments.es/liturgia/cuales-son-los-7-sacramentos/

Creatividad en la liturgia

¿Qué son los "ritos"?

Hoy en día la palabra “rito” chirría en muchos ámbitos ya que aparece ligada a estar sujeto a unas normas rígidas que impiden la creatividad y la vida. Al rito se le opondría la genialidad, la creatividad y la dinamicidad, de las cuales surgiría una liturgia viva, no sujeta a las rúbricas. Para el cristiano el rito es, sin embargo, la forma de superar el espacio y el tiempo en el que, de una manera colectiva, toma cuerpo el modelo fundamental de la liturgia. El rito tiene, por tanto, su lugar originario en la liturgia.

¿Cuál es el fin de la liturgia?

No es posible construir una liturgia a nuestra medida. Una liturgia elaborada así se basa en palabras y en opiniones de hombres. Solo el respeto a la precedencia y al carácter no arbitrario de la liturgia puede ofrecernos lo que esperamos de ella: el encuentro real con el Dios vivo y verdadero que nos da la salvación.">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/liturgia/2018/11/cathopic_1492764666121687_opt-1-e1541178604365.jpg">

¿Cabe la creatividad en la liturgia?

Sabemos, porque está revelado, el culto que se le ha de dar a Dios, el culto agradable. Vemos una primera institución del culto en los acontecimientos del Sinaí, donde Dios establece leyes, fiestas, objetos litúrgicos, sacerdotes, prescripciones… Y llega la plenitud con Jesucristo. En Él ofrecemos un culto en espíritu y en verdad totalmente grato al Padre. De aquí nace el carácter no arbitrario de la liturgia. No puedo hacer lo que me brota en el culto, sino dar el culto que Dios ha querido. Así, la “creatividad” y la “genialidad personal” no pueden ser categorías auténticas de liturgia. Unas erróneas concepciones de ambas pueden llegar a concebirlas como el último reducto de la libertad del hombre, pero una libertad vacía. Esto es inadmisible para la liturgia cristiana. Este tipo de creatividad no tiene cabida en la liturgia, una liturgia que tampoco vive de las genialidades de cualquier individuo o comisión.  

¿Qué importancia tiene el sacerdote en la liturgia?

">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/liturgia/2018/11/Liturgia-creatividad-vida-cristiana_opt.jpg">La personalidad del sacerdote corre el riesgo de tomar excesiva importancia, hasta el punto de que algunas personas escogen la iglesia a la que ir en función de él. La liturgia no es un espectáculo ordenado por uno solo en vista de un público que debería extasiarse ante las cualidades del actor. La liturgia no es show, no vive de sorpresas simpáticas, sino de repeticiones solemnes. En ella se debe expresar el misterio de lo sagrado, no la genialidad del ministro o de la comunidad concreta. No es un espectáculo, pero no por ello debe dejar de ser espectacular para transmitir el misterio de Dios. El ministro no es el dueño de la liturgia, sino un servidor, “administrador de la múltiple gracia de Dios” (1 Pe 4, 10). El rito es precisamente también una protección contra la invasión fruto del capricho de uno solo o de un selecto grupo. Quien modifica la liturgia sin tener el poder, pues no es dueño, se arroga competencias que no le pertenecen. No se pueden argüir argumentos como la falta de libertad, pues los libros litúrgicos dan margen para la libertad en la ejecución, como a la hora de celebrar misas votivas los días feriales, en el acto penitencial hay varias fórmulas, etc. La liturgia es la acción de un pueblo, es la acción de la Iglesia, es la acción de Cristo en su Iglesia. Es también la entrada de Dios en nuestro mundo, haciéndose el encontradizo y obrando la verdadera liberación. Cuanto más se entregue el Pueblo santo de Dios con humildad al “hacerse el encontradizo de Dios” en la liturgia, tanto más nueva, personal y verdadera será la liturgia. 

¿Puede evolucionar la liturgia? ¿Es algo rígido?

Todo esto que acabamos de decir no tiene nada que ver con la rigidez. El factor humano-histórico es importante y por esa razón puede haber una evolución en la liturgia, siempre que esta suceda dentro de los límites de la Iglesia y suscitada por el Espíritu Santo. De hecho, la gran variedad de ritos existentes en la Iglesia demuestra que hay variedad y apertura dentro de la liturgia. Todos esos ritos están suscitados por el Espíritu y, como tales, queridos por la Santa Madre Iglesia. El rito, aquí, sería la expresión de un pueblo que, asumiendo su cultura con la asistencia del Espíritu Santo, da gloria a su Señor. El rito dentro de la liturgia cristiana es la expresiónhecha forma de la eclesialidad y la comunidad que supera la historia, de la oración y de la acción litúrgica. En él se concreta la unión de la liturgia con el sujeto vivo que es la Iglesia, en unidad de fe.

Tira del hilo y verás que tiene mucha más trascendencia de la que parece

Y como broche final, te dejamos este ">https://twitter.com/PDeclan/status/1048589049487921153">hilo del Padre Declan a propósito de las ideas que acabamos de explicar: https://twitter.com/PDeclan/status/1048589049487921153 https://twitter.com/PDeclan/status/1048590582438920195 https://twitter.com/PDeclan/status/1048591478229028864 https://twitter.com/PDeclan/status/1048592772608008193 https://twitter.com/PDeclan/status/1048594400765468672 https://twitter.com/PDeclan/status/1048595666409345025 https://twitter.com/PDeclan/status/1048596922645336064 https://twitter.com/PDeclan/status/1048598278634389510

¿Por qué la liturgia es importante en la vida cristiana?

Si piensas que la liturgia no va contigo, este post es para ti

Son muchos los que al oír la palabra "liturgia", desconectan porque piensan que eso no va con ellos; que debe ser algo solo para curas o gente muy culta, pero que para los cristianos de a pie, no hace falta hablar con tantos tecnicismos, y que esas historias poco tienen que ver con su vida. Si tú también lo has pensado alguna vez, estás de suerte, este post es para ti. Te dejamos 6 preguntas y respuestas que te harán ver la liturgia como algo que tiene que mucho más que ver con tu vida cristiana de lo que pensabas.

1. ¿Qué significa exactamente liturgia?

El término “">https://www.arguments.es/liturgia/">liturgia” viene del griego. Leitourgia deriva de la composición de laos (pueblo) y ergon (obra). Literalmente traducido significaría “servicio hecho al pueblo”. ">http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.html">Sacrosantum Concilium, la Constitución que el Concilio Vaticano II dedica a la liturgia, nos ofrece una definición-descripción de liturgia: es “el ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo en la que, mediante signos sensibles, se significa y se realiza, según el modo propio de cada uno, la santificación del hombre y, así, el Cuerpo Místico de Cristo, esto es, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro” (SC 7). ">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/liturgia/2018/10/cathopic_1519921411568387.jpg">El culto cristiano es el culto que Cristo inició en su vida terrena, llevó a su estado definitivo con su muerte y resurrección y prolonga en la Iglesia como su Cabeza celestial tras su Ascensión. Él es el eje y el centro de todo el plan creador y salvador del Padre.

2. ¿Qué relación tiene la liturgia con Jesucristo?

El misterio de Cristo y la historia de la salvación no son dos realidades distintas, sino una sola cosa: toda la historia de salvación está centrada en el misterio de Cristo y este misterio es el punto de apoyo. La liturgia se inserta en el contexto de la historia de la salvación. La obra de la salvación continuada por la Iglesia se realiza en la liturgia. Esta aparece ante nosotros como una transmisión del misterio salvífico de Cristo a través de un rito. La liturgia, por tanto, es un elemento de contacto vivo con Cristo y con su salvación.

3. ¿En cuántos planos distintos podemos considerar la liturgia? ¿Por qué la liturgia es trinitaria?

La liturgia es la actualización de la salvación realizada por Cristo en el Misterio Pascual. De aquí podemos deducir que la liturgia tiene una dimensión trinitaria, eclesiológica y antropológica. Es la acción del Padre que ofrece la salvación al hombre en su Hijo, que pasa por asimilar el Misterio Pascual, la gran acción del Hijo. El Espíritu Santo nos recuerda y actualiza, haciendo presente y operante este Misterio. Sin el Espíritu Santo el culto es una simple evocación. Esta es la silenciosa obra del Espíritu.

4. ¿La liturgia es de toda la Iglesia aunque el sacerdote celebre la Misa él solo?

Tiene también, como hemos dicho, una dimensión eclesial la liturgia. Las celebraciones no son nunca privadas. Es el entero pueblo de Dios el que celebra, el que ejerce el culto íntegro. Pero la dimensión eclesial no se limita solo a esto. Es la celebración de la Esposa unida al Esposo, Cabeza y miembros juntos, donde el Esposo enriquece con sus dones a la Esposa y le da la salvación. Jesucristo, el autor de la salvación, está presente en su Iglesia principalmente en sus actos litúrgicos. Todo culto a Dios es eclesial. Se hace en la Iglesia y mediante la Iglesia.

5. ¿Cómo participamos los hombres en la liturgia?

La última dimensión de la liturgia es la antropológica. El hombre no es un actor meramente pasivo, receptor en la liturgia. Es también activo. De ahí que se insista tanto en la participación activa y fructuosa en la liturgia. Hemos de ser nosotros, como la hemorroísa, los que estiremos la mano para tocar el manto del Señor, para tocar la salvación gratuitamente ofrecida. La salvación no es algo extraño al hombre, es algo que “encaja” perfectamente con él. Nuestra pobre naturaleza humana no puede exigir nunca la salvación ofrecida de forma libre y gratuita por Dios. Nos es conveniente, pero no es un derecho. Dios es quien la da, elevando y perfeccionando al hombre, pero de forma gratuita y sobrenatural. ">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/liturgia/2018/10/cathopic_1485439618965400.jpg">

6. ¿Cuál es la forma más alta de liturgia?

Para terminar estas breves pinceladas, hemos de añadir que la liturgia tiene un componente escatológico. Aquí, en la liturgia terrena, pregustamos y participamos de la liturgia celebrada en el Altar del cielo. Hacia ese altar nos dirigimos como peregrinos. Allí se celebra el verdadero culto de alabanza a Dios con Jesucristo como Único Sacerdote. Cada vez que celebramos nos unimos a esa asamblea celestial en una admirable comunión. Es el mismo Señor quien nos llama, nos reúne y nos da su gracia.

El controvertido texto que me salvó

Traducción de Loly Hevia Alonso. Este artículo apareció originalmente publicado en inglés en el Wall Street Journal el 26 de julio de 2018. Soy  católica gracias a “Humanae Vitae”. Trata de muchas más cosas que del control de natalidad. La primera vez que leí  “Humanae Vitae", publicada por el Papa Pablo VI el 29 de julio de hace 50  años, yo tenía 21. Como profesora superior  de la Tutfs University, no caracterizado por sus creencias  crisitianas , me acerqué a la controvertida encíclica papal por pura curiosidad. Sólo sabía que prohibía la contracepción. ¿ Cómo podían millones y millones de  personas  sostene tan atrasada religión? Dos años más tarde fui bautizada y recibida dentro de la Iglesia Católica.La encíclica. "Humanae Vitae” fue mi vía de acceso. Desilusionada  con una cultura que  habitualmente cosifica a la mujer , el documento me pareció impactante , como le sucedió a muchos otros conversos, en su llamada a salvaguardar  “el respeto debido a la mujer”. Hoy me podéis considerar  una católica del  2 por ciento, una de las pocas católicas  americanas que nunca han usado métodos de contracepción. Las enseñanzas sobre la contracepción  presentes en la  encíclica son a menudo consideradas como anticuadas y opuestas a la ciencia . Al contrario, los estudios científicos  sobre la fertilidad femenina están  poco a poco aproximándose al  documento  .Como afirma Pablo VI , hay modo naturales de defender la  fertilidad femenina  y , al mismo  tiempo, respertarla  a  ella y las necesidades familiares ,  limitando y espaciando  los nacimientos.  La Iglesia llama a esto el “ método natural de control de la natalidad “, aunque gracias  a su difusión entre  la población, el método de “ sensiblización  sobre el proceso de la fertilidad  “es el más usado . Ese método no es contrario a la ciencia  en absoluto, más bien complementa  la comprensión científica del ritmo de  fertilidad de la mujer, en lugar de usar mecanismos o píldoras potencialmente dañinas. Como un colega y amigo recientemente me dijo:  “la píldora  ha costado a las mujeres  5 décadas de avance científico  sobre  la auténtica fertilidad femenina. Pero esto está empezando a cambiar”. Las mujeres que siguen  la doctrina de la Iglesia sobre la contracepción son, a menudo, descritas como salidas de un cuento de hadas. En realidad ,se considera que  son madres que permanecerán en la casa. Hoy en día, un conjunto de aplicaciones sobre la fertilidad ylos  tests de ovulación hacen más accesible que nunca esta vía del control natural de la natalidad, no sólo entre personas creyentes , sino también entre  un gran número de mujeres que  recelan  del  control  hormonal de la natalidad. Las enseñanzas en la encíclica “Humane Vitae” van más allá del aspecto meramente sexual. Como testimonian aquellos que siguen su  sabiduría, no ocultar nada a tu conyuge puede ser algo realmente  transformador. Una abogada colega  me comentó que siguiendo estas enseñanzas la llevó a  considerar  no sólo a su esposo  sino todo como sagrado. El amor conyugal , escribió el Papa Pablo VI ,  es “un compuesto de sentido y de espíritu”, añadiendo   “es un  amor que es total, una forma  de amistad personal en la cual el marido y la esposa comparten  todo “. La confianza  que los esposos se tienen el uno al otro imita la confianza trascendente que la fe nos enseña a poner en lo  divino  cuando las cosas no están  completamente bajo nuestro control .En definitiva, una llamada a abandonarnos completamente  en el otro enamorado. Las mujeres, en particular , se benefician de las clarividentes  enseñanzas  del Papa Pablo VI sobre los hombres, las mujeres y el amor.” Un hombre que crece acostumbrado al uso de métodos contraceptivos puede olvidar el respeto debido a la mujer” , escribió , esto  hace que  se reduzca la mujer  a “un mero instrumento de satisfacción de sus propios deseos “. En la era del  # Me too, sus palabras toman más relevancia que nunca. Si se quita la contracepción de esta ecuación,se frustra  el egoísmo  y se requiere  a los hombres que  cuenten , con la mujer  de un modo completo. Las mujeres  horrorizadas por la prevalencia del abuso sexual  deberían conocer este documento. Para  decepción  de muchos, incluidos muchos católicos ,la Iglesia Católica nunca cambiará las enseñanzas presentes en la encíclica “Humanae Vitae”. Sin embargo ,nunca ha sido mayor el reto para defender estas  enseñanzas . Después de medio siglo desde su publicación, los católicos deberían reflexionar sobre la sabiduría de esta encíclica  y , también, preguntarse porqué la comunicación de sus enseñanzas ha sido  poco efectiva. Hay un 2% de mujeres católicas  con experiencia sexual  que nunca han usado  la contracepción  y, así mismo, sólo  un 13%  de mujeres católicas  aceptan completamente las enseñanzas de la Iglesia  en este tema. Sin embargo, hay esperanza. Más de un tercio  de mujeres católicas  que regularmente frecuentan los sacramentos  siguen sus enseñanzas. Sorprendentemente, la receptividad a las las enseñanzas de la Iglesia es mayor entre los milenials. Esto podría deberse  a que la encíclíca “Humanae Vitae” es tan radical como siempre ha sido. Y un pequeño pero fervoroso grupo de jóvenes católicos  está dispuesto no sólo a defender sus verdades sino  a compartirlas en un mundo que las necesita considerablemente. La señora McGuire , investigadora  superior de la Asociación Católica, es autora de “Escándalo sexual: el intento de abolir lo masculino y lo femenino” ( Regnery ,2017).

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