La vocación no se reduce a escoger un estado de vida (sacerdocio, matrimonio, clausura…), sino que consiste en la llamada única, irrepetible, original y de amor que Dios hace a cada uno. Por eso, “Abrid las puertas a Cristo, no tengáis miedo”, San Juan Pablo II.
Vocación
“El Señor nos llama a todos a hacer resonar su Evangelio en el corazón de cada persona”, Papa Francisco. Descubre cómo hacerlo en tu vida.