Lo que retorna

13/09/2019 | Por Arguments

Antonio Rojas

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catequesis

la chispa

">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2019/09/Lo-que-retorna-1-1-e1568377533368.jpg"> El presente solo se forma del pasado,  y lo que se encuentra en el efecto estaba ya en la causa. -Henri Bergson- El continente australiano es muy peculiar. Separado del resto del mundo por extensas aguas oceánicas durante millones de años, adquirió una idiosincrasia tan peculiar como lo manifiestan sus plantas, animales y costumbres humanas. El búmeran es un trozo de madera en forma de ángulo que los indígenas australianos utilizaban como arma arrojadiza ya que, lanzada con movimiento giratorio, puede volver al punto de partida. Cuando lo lanza un experto, el búmeran puede volar bastante lejos y retornar a las manos de quien lo ha lanzado. Algunos indígenas lo utilizan para cazar con excelentes resultados. Pues bien, haciendo un símil, podemos asegurar que, en nuestra vida, las acciones y actitudes, tienen efecto búmeran, sobre todo los actos de amor y amabilidad, ya que, normalmente, la amabilidad retorna de algún modo a quienes se portan amablemente con los demás. Suele ocurrir que las personas verdaderamente valientes, grandes, generosas, trabajadoras y abnegadas, manifiestan mayor amabilidad en sus actividades. Y suele ocurrir también, que muchas de ellas son recompensadas con la amabilidad de los demás. Y no solo amabilidad. Cuando se queda libre un puesto de trabajo, cuando hay una posibilidad de promoción profesional o cuando se presenta la oportunidad de acompañar a un amigo en un viaje o a un evento relevante, quien primero recibe el ofrecimiento es la persona que ha sido amable con los demás. ¿Y eso por qué? Pues porque, normalmente, lo que retorna a nosotros suele venir determinado por lo que antes hemos lanzado hacia fuera. Cuando adoptamos la actitud de acoger todas las desbordantes maravillas que la vida ofrece y a emocionarnos con las asombrosas oportunidades que se nos presentan, con una conciencia de amor y amabilidad, comenzamos a transmitir, de múltiples modos a los demás, nuestro amor y nuestras bendiciones y, entonces, lo normal será que esa energía vuelva a nosotros como un búmeran. Hay que aplicar las características del búmeran que debe su eficacia a tres factores: su curvatura, su forma de tallarlo (con una forma de las palas similar a la de las alas de un avión) y habilidad para manejarlo. Habilidad que se adquiere, claro, con la práctica. Tal vez tarde tiempo en retornar e incluso existe la posibilidad de que las bendiciones nos lleguen desde una dirección diferente, pero no suele fallar que la proporción que ponemos retorne ?más o menos? a nuestras vidas, porque el amor y la amabilidad son como el búmeran bien usado:  siempre retorna.                                                   

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