Siempre tendrás razón

20/09/2019 | Por Arguments

Antonio Rojas

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la chispa

">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2019/09/Siempre-tendrás-razón-e1568978810789.jpg"> Puedes pensar que puedes o que no; siempre tendrás razón. -Henry Ford-  Annelies Marie Frank Hollander, más conocida como Ana Frank (Fráncfort 1929-Bergen-Belsen 1945), fue una niña judía alemana, mundialmente conocida gracias a su libro El Diario de Ana Frank. A pesar de que sufrió grandes penalidades durante la Segunda Guerra Mundial, escribió en su libro que, por encima de todo lo que había padecido, seguía creyendo en la esencial bondad de las personas. Esta es la clase de optimismo que ayuda a bien vivir porque, aunque es indudable la influencia de las condiciones en que cada uno vive, todos tenemos la capacidad de crear una parte importante del mundo en el que vivimos, la clave está en nuestro mundo interior. Justo en este momento nuestra vida es, en gran medida, tal y como lo hemos ido haciendo. Nosotros elegimos, entre cientos de opciones, cómo reaccionar a cualquier situación que se nos presente. ¿No resulta razonable pensar que, si en su día hicimos tal o cual elección, en cualquier momento podemos cambiar la forma de ver las cosas y transformar también la situación? Por eso, ocurra lo que ocurra, en gran medida, podemos afirmar: Soy el dueño de mi vida. El quid de la cuestión es saber cultivar una actitud positiva ante nuestra existencia, porque esta actitud suscitar en nosotros la sensación de estar en sintonía con nuestro bien y puede ayudarnos a realizarlo, ya que nuestra actitud en la vida contribuye, en gran medida, a que disfrutemos del hecho mismo de vivir. Si permitimos que en nuestra mente aniden pensamientos negativos, nos autoimponemos limitaciones que nos impedirán volar con la libertad del pensamiento. Tenemos que considerar la idea de que podemos atraer hacia nosotros aquello en lo que se concentra nuestra mente, y comprobaremos que, si pensamos que podemos hacer algo, lo haremos; y si pensamos que no podemos, no lo haremos. Un ejemplo. Puedo, perfectamente, andar por el tablero de una mesa puesto en el suelo; si pongo el tablero a una altura de dos metros, ya no ando tan seguro sobre él, y si lo elevo a diez metros, posiblemente no me atreveré a pisarlo por el miedo que el vértigo sugiere a mi mente. Somos seres pensantes y que sienten. Somos capaces de experimentar y lograr aquello en lo que fijamos nuestra atención; de ahí que, si queremos cambiar nuestra vida, debemos cambiar nuestra forma de pensar, porque la experiencia demuestra que la piscología tiene un gran poder para orientar nuestras vidas y, por eso, tanto si pensamos que podemos como que no podemos, a la larga, siempre tendremos razón.

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