Beatificación de Álvaro del Portillo (I): La ceremonia

29/09/2014 | Por Arguments

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Opus Dei

">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2014/09/confesando.png">Fieles en Valdebevas con motivo de la beatificación de D. Álvaro del PortilloVALDEBEBAS Desde primera hora de la mañana del sábado 27 de septiembre, más de doscientos mil fieles comenzaban a colorear, poco a poco, las frías calles, aún sin edificar de las afueras de Valdebebas (Madrid). Allí tendría lugar la beatificación de D. Álvaro del Portillo. En pocas horas, lo que no era más que asfalto entre solares se convirtió en lugar de alegría, encuentro, recogimiento y oración. Los más de 3500 voluntarios acogían y acompañaban a cuantos llegaban, resolviendo con paciencia sus dudas e indicándoles hacia dónde debían dirigirse. ALEGRÍA Y ENCUENTRO Alegría por saber que el que sería proclamado beato– el obispo Álvaro del Portillo, primer sucesor del fundador del Opus Dei, como responsable de éste– intercede desde el cielo por todos. Alegría por el reencuentro inesperado entre amigos y familiares y la alegría de sentirse Iglesia con miles de personas de todos los rincones de la tierra. RECOGIMIENTO Y ORACIÓN La alegría, se fundía armoniosamente con el sosiego, el recogimiento y la oración. Las trece capillas instaladas eran algunos puntos clave de encuentro con el Señor, pero no los únicos. Cualquier rincón era bueno para rezar el Santo Rosario, solo, en familia, con los amigos… Muchos sacerdotes, apoyados en una valla o sentados en el suelo, rezaban con su breviario– los más modernos con el teléfono móvil–. Eran especialmente llamativas las colas de personas ante los ochenta confesionarios. Aguardaban para recibir el sacramento de la Reconciliación. Mientras tanto las veintiséis pantallas gigantes mostraban los momentos más representativos de la vida de D. Álvaro del Portillo. Así, pequeños documentales con vídeos a color del que iba a ser proclamado beato introducían a los fieles en la celebración.

Esperando para confesar antes del comienzo de la beatificación de D. Álvaro del Portillo
Colas ante los confesionarios
EUCARISTÍA La celebración estuvo presidida por el Cardenal Angelo Amato– Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos–. Estuvo acompañado de Mons. Javier Echevarria, prelado del Opus Dei, el Cardenal Arzobispo Emérito de Madrid, Mons. Antonio María Rouco Varela, casi dos decenas de cardenales y ciento setenta obispos de todo el mundo, además de los 1200 sacerdotes que repartieron la comunión. La http://www.orquestaycorojmj.org/" target="_blank" rel="noopener">Orquesta Sinfónica y el Coro de la JMJ – Madrid 2011–, y los coros participativos acompañaron con 200 voces e instrumentos el acto. Elemento clave para dotar al acto de la solemnidad que requiere. A ellos se sumó la asamblea que cantaba con gran devoción. Al comienzo de la Eucaristía, el vicario general del Opus Dei, Fernando Ocáriz leyó el mensaje del Papa Francisco. En él, el Santo Padre destacó cómo “el beato Álvaro del Portillo nos enseña que la sencillez y la vida ordinaria son camino seguro de santidad”. Así mismo, haciendo un breve repaso de su biografía, resaltó el amor “a Dios y a los hermanos” que lo llevó a emprender obras de evangelización. Concluido el mensaje del Papa, comenzó el rito de beatificación, por medio del cual, a las 12:24h, el Card. Amato, en nombre de la Iglesia, declaró Beato a Mons. Álvaro del Portillo. Con ello permitió su festividad cada 12 de mayo, en los lugares establecidos. En su homilía, el Prefecto destacó la fidelidad del nuevo Beato “al Evangelio, a la Iglesia y al Magisterio del Papa”. Este deseo se manifestaba en su huida del personalismo de quien no pretendía trasmitir sus opiniones, sino “la verdad del Evangelio”. Habló también de la invitación a la santidad que el ingeniero de caminos y obispo recién elevado a los altares hizo durante toda su vida por medio de la generosidad, la oración, en especial la devoción a la Santísima Virgen y el cumplimiento de las obligaciones cotidianas. ">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2014/09/Eucaristia.png">Eucaristía de beatificación de D. Álvaro del Portillo Antes de concluir la ceremonia, Mons. Javier Echevaría dio las gracias por la beatificación de su predecesor. Pidió a los presentes “oración diaria, constante, esforzada, por la Persona y las intenciones del Romano Pontífice, por los Obispos y sacerdotes”. Finalmente, el Card. Rouco describió a D. Álvaro como un madrileño de quien “destacaban su bondad, su serenidad y su buen humor.” Ello lo convertía – dijo el Cardenal– en “hombre de comunión, de unión, de amor”. Concluida la beatificación, muchos de los presentes volvieron a sus hogares, varios de ellos no sin antes comer un bocadillo en familia mientras se despedían de aquel lugar tan entrañable. Otros permanecieron en Madrid para asistir a la Eucaristía de Acción de gracias del día siguiente.

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