#2PopeSaints (IV): Santos

27/04/2014 | Por Arguments

Canonización de Juan Pablo II y Juan XIII

Canonización Juan Pablo II

catequesis arguments

Comunicar la fe

">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2014/04/IMG_6185-1024x683.jpg">IMG_6185 (1024x683) Esta noche Roma no ha dormido. De madrugada, los centenares de miles de peregrinos hacían difícil distinguir entre carretera, aceras y jardines en las zonas colindantes a San Pedro. Una silenciosa masa de gente dormitaba incómoda sobre esterillas o recostada contra las paredes del castillo Sant'Angelo mientras un incesante río de personas avanzaba rápido pero sin alboroto hacia el inicio de la Via della Conciliazione. A las 5:30 de la madrugada los peregrinos han comenzado a acceder a la plaza de San Pedro con cuentagotas. La espera parecía no terminar, aunque los apretones ante los arcos de seguridad han valido la pena. El corazón del catolicismo lucía engalanado para una cita en la que cuatro papas –Juan XXIII, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco– iban a ser los protagonistas. La lluvia ha intentado suplantarles, pero apenas ha aparecido, tímida y fina, durante unos minutos antes de empezar la misa. Los aplausos a Benedicto XVI cuando ha llegado, revestido para concelebrar la misa, se han repetido durante la procesión de entrada cuando Francisco ha salido de la basílica hacia el altar exterior mientras se entonaban las letanías de los santos. Y entonces ha sucedido rápido. Muy rápido: Francisco ha pronunciado la fórmula latina: "... Beatos Ioannem XXIII et Ioannem Paulum II Sanctos esse decernimus et definimus..." y un gran aplauso ha acompañado el resto de sus palabras hasta el Amén. ">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2014/04/IMG_6340-1024x683.jpg">IMG_6340 (1024x683) A los dos nuevos santos ha pedido el Papa su intercesión durante la homilía, en la que ha asegurado que fueron "sacerdotes, obispos y papas del siglo XX" que no se han abrumado ante las "tragedias" de su época, y hombres dóciles al Espíritu Santo en la tarea de "restaurar y actualizar la Iglesia según su fisonomía originaria". Tras el canto del Regina Coeli, un guiño de cariño del Papa a la Virgen –tocar la imagen y santiguarse, como ya había hecho al inicio de la misa–, la bendición y el saludo a las autoridades. Y después es cuando más se ha visto disfrutar a Francisco: saludando y sonriendo a la multitud subido al papamóvil. ¡Y esquivando un globo que se le ha colado por la ventanilla! La alegría que se respira en Roma es hoy católica, esto es, universal.  

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