¿Cuándo se celebra el Viernes de Dolores?
El Viernes de Dolores es una fiesta variable; es decir, no tiene un día propio, cada año varía. Se celebra el último viernes de Cuaresma, previo al Domingo de Ramos. A este semana se le llama también Semana de Pasión, y marca el inicio de la Semana Santa, que termina con el Domingo de Resurrección, dando paso al Tiempo Pascual.
¿Qué se celebra el Viernes de Dolores?
Este día la Iglesia recuerda y se une al dolor de la Virgen María por la muerte y crucifixión de su hijo Jesús. María llena de dolor está representando a todas las madres del mundo que han pasado por la prueba de amargura sin límite de ver morir a un hijo.
¿Qué significa el agua del Viernes de Dolores?
En el Viernes de Dolores, los fieles ofrecen agua o nieve para simbolizar las lágrimas que derramó la Virgen María con la muerte de su hijo Jesús.
En la tradición mexicana, la Virgen de Dolores, además de recibir de los religiosos agua de colores con semillas de chía o nieve para representar las lágrimas, también recibe manteles y flores blancas, que significan la pureza; naranjas amargas pintadas de dorado, que indican aflicción, pero con la alegría de la próxima resurrección, y velas de luz para iluminarla.

Escultura obra de Ana Rey.
Oraciones propias del Viernes de Dolores
1. Stabat Mater
Stabat Mater («Estaba de pie la Madre», en latín) es una secuencia (himno o tropo del Aleluya gregoriano) atribuida al papa Inocencio III y al franciscano Jacopone da Todi. Se la data en el siglo XIII. Comienza con las palabras Stabat Mater dolorosa («De pie la Madre sufriendo»). Como plegaria medita sobre el sufrimiento de María, la madre de Jesús, durante la crucifixión de su hijo.
El Stabat Mater en la pintura:
En las artes plásticas, Stabat Mater es un tema del arte cristiano que representa a la Virgen, de pie, a la derecha de Cristo crucificado (es decir, a la izquierda del espectador), mientras que el apóstol Juan, también de pie, se representa a la izquierda de Cristo (es decir, a la derecha del espectador); reproduciendo la escena evangélica durante la que Cristo pronunció la tercera de las «siete palabras»: «Mujer, aquí tienes a tu hijo … Aquí tienes a tu madre», (Juan, 19: 26-27). Es habitual que se disponga la escena como parte superior de retablos y coros altos; y conforma muchas de las Crux triumphalis y de las estaciones número doce de los viacrucis.
Traducción de Lope de Vega del Stabat Mater
- La Madre piadosa parada
- junto a la cruz y lloraba
- mientras el Hijo pendía.
- Cuya alma, triste y llorosa,
- traspasada y dolorosa,
- fiero cuchillo tenía.
- ¡Oh, cuán triste y cuán aflicta
- se vio la Madre bendita,
-
Pintura, obra del Greco.
de tantos tormentos llena!
- Cuando triste contemplaba
- y dolorosa miraba
- del Hijo amado la pena.
- Y ¿cuál hombre no llorara,
- si a la Madre contemplara
- de Cristo, en tanto dolor?
- Y ¿quién no se entristeciera,
- Madre piadosa, si os viera
- sujeta a tanto rigor?
- Por los pecados del mundo,
- vio a Jesús en tan profundo
- tormento la dulce Madre.
- Vio morir al Hijo amado,
- que rindió desamparado
- el espíritu a su Padre.
- ¡Oh dulce fuente de amor!,
- hazme sentir tu dolor
- para que llore contigo.
- Y que, por mi Cristo amado,
- mi corazón abrasado
- más viva en él que conmigo.
- Y, porque a amarle me anime,
- en mi corazón imprime
- las llagas que tuvo en sí.
- Y de tu Hijo, Señora,
- divide conmigo ahora
- las que padeció por mí.
- Hazme contigo llorar
- y de veras lastimar
- de sus penas mientras vivo.
- Porque acompañar deseo
- en la cruz, donde le veo,
- tu corazón compasivo.
- ¡Virgen de vírgenes santas!,
- llore ya con ansias tantas,
- que el llanto dulce me sea.
- Porque su pasión y muerte
- tenga en mi alma, de suerte
- que siempre sus penas vea.
- Haz que su cruz me enamore
- y que en ella viva y more
- de mi fe y amor indicio.
- Porque me inflame y encienda,
- y contigo me defienda
- en el día del juicio.
- Haz que me ampare la muerte
- de Cristo, cuando en tan fuerte
- trance vida y alma estén.
- Porque, cuando quede en calma
- el cuerpo, vaya mi alma
- a su eterna gloria. Amén.
2. Oración de San Juan Pablo II a la Virgen Dolorosa
«Oh María, Tú que has recorrido el Camino de la Cruz junto con Tu Hijo, quebrantada por el dolor en Tu Corazón de Madre, pero recordando siempre el «fiat» e íntimamente confiada en que Aquél para quien nada es imposible cumpliría sus promesas. Suplica para nosotros y para los hombres de las generaciones futuras la gracia del abandono en el Amor de Dios. Haz que ante el sufrimiento, el rechazo y la prueba, por dura y larga que sea, jamás dudemos de su Amor. A Jesús, tu Hijo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén» , San Juan Pablo II.
3. Otros textos para meditar y rezar el Viernes de Dolores:
La madre de Dimas. Una madre consolada por la madre de Jesús
Hola! Amigos (a) de arguments
He revisado vuestro artículo de los Siete Dolores de la Virgen María, tiene una breve explicación y me parece un excelente material para evangelizar y orar en comunidad y personalmente. pero se podría estructurar o hacer una guía de oración de los siete dolores de la Virgen María, con oraciones, reflexiones a cada dolor de la Virgen, etc. Esperando que siga reinando el amor de Dios en sus corazones y que mí comentario les sirva para mejorar. Dios les pague por su laborar de evangelizar a través de las redes sociales.