Recitar el Rosario, en efecto, es en realidad contemplar con María el rostro de Cristo. (San Juan Pablo II)
Los Papas de nuestro tiempo han dado mucha importancia al rezo del Santo Rosario, recordando continuamente a sus fieles que un rosario es el arma más poderosa que hay. Vivimos en una época en la que más que nunca es necesario acudir a Nuestra Madre. Para ello los pontífices nos han ido recordando la fuerza y el amor que lleva consigo el rezo del Rosario.
¿Qué dijo San Juan XXIII sobre el Rosario?
San Juan XXIII durante su Pontificado nos invitó muchas veces a rezar el Rosario, haciéndolo especialmente en su Encíclica Grata recordatio, donde recomienda a los fieles que encomienden todas las necesidades de la sociedad y pide especialmente que se rece por las misiones, la paz y la concordia entre las ciudades.
En su carta apostólica Il Religioso Convegno, el mismo Papa anima a los fieles a practicar esta devoción mariana especialmente durante el mes de octubre, teniendo presente que esta plegaria es palabra y contenido. Es decir, se trata de una reflexión mística, una contemplación de cada misterio de nuestra fe guiados bajo la atenta mirada de la Virgen.
Asimismo se trata de una reflexión íntima, en cada uno de los misterios que componen el rosario se esconde una invitación al alma a meditar los acontecimientos más importantes de la vida de Cristo.
Por último, teniendo en cuenta el arma tan poderosa que es a los ojos de María, a cada misterio se le puede unir una intención. Esta ha sido una costumbre muy unida al rezo del Santo Rosario ya desde sus inicios allá en el siglo XII.
Si quieres saber más sobre Juan XXIII y el Rosario puedes leer nuestro artículo que profundiza sobre los escritos del Pontífice y el Rosario. También puedes consultar la contemplación de los misterios del Rosario que escribió el Papa Bueno.
¿Qué dijo el beato Pablo VI?
El Beato Pablo VI al igual que su predecesor insiste continuamente en acudir a la Virgen especialmente en el mes de octubre, el mes dedicado al Rosario. En su carta encíclica Mense Maio recuerda a los fieles que María es camino seguro hacia Cristo. En un momento en el que la Iglesia se preparaba para celebrar el Concilio Vaticano II, los fieles tienen el deber de orar especialmente por este episodio tan crucial de la historia y para ello no había mejor modo que acudir una vez más a la Reina del Universo, mediante el rezo del Rosario, encomendando este momento que fue tan trascendental para la Iglesia del siglo XX.
El Rosario sobre todo es una súplica, súplica como hijos necesitados ante su madre, tal y como enseña Pablo VI en su exhortación apostólica Marialis cultus. El culto mariano es una de las partes más importantes y antiguas de la Iglesia, insertado en la tradición cristiana desde el principio, y no debemos olvidarlo sobre todo ahora, en nuestro tiempo lleno de cambios en el que todo lo religioso parece anticuado. En los cristianos siempre tiene que estar presente nuestro papel de hijos ante la que por regalo de Dios es nuestra Madre, y para ello no hay mejor oración que el Santo Rosario. Nos presentamos ante Ella como unos niños necesitados ante su madre.
¿Qué dijo San Juan Pablo II?
San Juan Pablo II ya desde el inicio de su pontificado demostró su gran devoción a la Virgen eligiendo como su lema Totus Tuus, todo tuyo, en honor a María. Como gran enamorado de la Virgen, dedicó muchísimos de sus escritos a Ella y a la devoción mariana. Pero sin duda, la que más destaca en lo referente al Rosario es su carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, en la cual recopila todas sus ideas acerca del rezo de esta devoción.
Se trata de una carta apostólica escrita a comienzos del nuevo milenio, en la cual recuerda la urgente necesidad de recuperar el valor y la importancia de rezar el Rosario. Se trata del mejor modo de contemplación del misterio, se trata de un camino seguro de santidad, es un ejemplo para la vida del cristiano.
Por otro lado, en un momento en el que la familia está siendo atacada en numerosos frentes, el Rosario es oración por la familia y de la familia. También es la oración por la paz, una paz tan amenazada en nuestros tiempos, no menos que en épocas históricas pasadas.
Al igual que sus predecesores San Juan Pablo II, el papa enamorado de la Virgen, nos recuerda que no hay mejor modo de contemplar el rostro de Cristo que hacerlo bajo la mirada de su madre. ¿Quién mejor para mostrarnos la vida de Cristo? Desde la Madre se puede comprender mejor al Hijo, Ella es la que nos enseña a amarle. María también es modelo de contemplación y de santidad. Nunca hay que dejar de rezar el Rosario, es la oración más eficaz para un cristiano.
¿Qué dijo el Papa Benedicto XVI?
El Papa emérito Benedicto XVI, el teólogo más brillante de nuestro tiempo, no ha dejado de recordarnos lo importante que es en la vida de un cristiano rezar el Santo Rosario. Siempre ha sido un medio tradicional en la oración de los fieles de la Iglesia para acudir a su Madre.
Al igual que los Papas que le han precedido, nos recuerda que es una oración de meditación y contemplación, no un mero repetir de palabras. Benedicto también nos insiste en que es un gran medio de apostolado; gracias al Rosario podemos dar a conocer los misterios más importantes de nuestra fe, con una claridad asombrosa gracias a la sencillez con la que están expresados.
¿Qué ha dicho el Papa Francisco?
Por último, el Papa Francisco, el Papa de la misericordia. Cómo no va a recordarnos la necesidad de acudir a la Madre de Misericordia con esa oración que Ella misma nos ha dicho que es su preferida. Francisco confiesa que “una cosa que me hace más fuerte todos los días es rezar el Rosario a la Virgen. Siento una fuerza tan grande, porque voy a estar con ella y me siento más fuerte”.
Todos los Pontífices nos han recordado continuamente una tras otro la trascendencia que tiene el rezo del Santo Rosario para un cristiano. No podemos olvidarnos de María, que es camino seguro para llegar al Cielo. Es uno de los mayores tesoros que Jesús hizo a sus hermanos, nos dio a su Madre. Y qué mejor modo de acudir a la intercesora por excelencia rezando la oración que más le gusta, la que le recuerda los misterios que acompañaron su vida.
No dejemos ni un solo día de rezar el Rosario, arma segura y eficaz para nuestra santidad.
El Rosario: el legado que San Juan Pablo II dejó al Papa Francisco
Asombra leer el testimonio que escribió en 2005 el entonces Cardenal Bergoglio sobre la figura de Juan Pablo II, para 30Giorni. Francisco recordó la presencia de María en la vida del Papa polaco y reconoció cómo su ejemplo lo motivó a rezar quince misterios del Rosario todos los días:
Si no me equivoco fue en el año 1985. Una tarde fui a rezar el Santo Rosario que dirigía el Santo Padre. Él estaba delante de todos, de rodillas. El grupo era numeroso. Veía al Santo Padre de espaldas y, poco a poco, fui entrando en oración. No estaba solo: rezaba en medio del pueblo de Dios al cual yo y todos los que estábamos allá pertenecíamos, conducidos por nuestro Pastor.
En medio de la oración me distraje mirando la figura del Papa: su piedad, su unción era un testimonio. Y el tiempo se me desdibujó; y comencé a imaginarme al joven sacerdote, al seminarista, al poeta, al obrero, al niño de Wadowice… en la misma posición en que estaba ahora: rezando Ave María tras Ave María. Y el testimonio me golpeó. Sentí que ese hombre, elegido para guiar a la Iglesia, recapitulaba un camino recorrido junto a su Madre del cielo, un camino comenzado desde su niñez. Y caí en la cuenta de la densidad que tenían las palabras de la Madre de Guadalupe a san Juan Diego: «No temas. ¿Acaso no soy tu Madre?». Comprendí la presencia de María en la vida del Papa. El testimonio no se perdió en un recuerdo. Desde ese día rezo cotidianamente los 15 misterios del Rosario.