Ser o no ser: esa es la cuestión

Querer ser lo que no se es

Pinocho es la imagen tierna y cándida del adolescente que quiere ser lo que no es.

En ese momento, en el que se fía de los personajes equivocados, deja de lado sus deberes y persigue las propuestas atractivas y emocionantes que su entorno le ofrece, comienza la historia a enredarse. En su condición de niño y de muñeco, con la superficialidad del que no piensa, con la ignorancia del que no conoce, se fía de las apariencias, y sin pensar mucho sigue la inercia dominante hasta que deja de ser lo que es; ya no es un muñeco, ni un niño, sino un burro. 

Yo también llevo un adolescente dentro y olvido tantas veces que tengo un Padre, que he sido creado con manual de instrucciones y no me poseo totalmente. Alterar la naturaleza de mi “ser” puede ser un juego peligroso, la realidad es más dura, el espejismo es más sutil, más cotidiano, más incisivo, y el precio a pagar más dramático, y llega.

Existe una lógica

En algo estamos de acuerdo, el cosmos, el ecosistema, nuestra salud, las relaciones naturales de padres e hijos, entre hombre y mujer, no son irracionales, responden a una Inteligencia, a un orden y a una lógica que todas las ciencias pretenden alcanzar. 

Así lo afirmó Max Planck, Premio Nobel de Física: “la ciencia conduce a un hombre sin prejuicios a la impresión de que la Naturaleza estuviera regida por una voluntad inteligente”, (Teología de la Creación, Fidalgo, J.M.). 

«Reconocer la dependencia con respecto al creador es fuente de sabiduría«.

Conocer a Dios es conocerse a uno mismo

Esta reflexión no responde sólo al uso recto de la razón, sino también es una verdad de fe. La fe es una fuente de conocimiento superior a la razón, que no la contradice sino que la complementa. Las verdades de fe siempre son razonables, por que Dios es El mismo, la Razón, el Logos, la Palabra, y no puede ser irracional, ni se contradice a Sí mismo.

“La Creación necesita que Dios la mantenga continuamente en el ser. Reconocer esta dependencia completa con respecto al creador es fuente de sabiduría” (Sb. 11, 24-2).

“Hijo mío, si aceptas mis palabras y conservas mis consejos, prestando oído a la sensatez y prestando atención a la prudencia; si invocas a la inteligencia y llamas a la prudencia; si la procuras como el dinero y la buscas como un tesoro, entonces comprenderás el temor del Señor y alcanzarás el conocimiento de Dios….” Proverbios (2,1-9). 

Peregrinos de la verdad

En el contexto de una Jornada de reflexión por la paz y la justicia en el mundo, Benedicto XVI habla de los peregrinos de la verdad, se refiere a todos aquellos que desean encontrar a Dios, pero no les ha sido concedido el don de la fe. Ellos cuestionan la conducta tantas veces infiel de los creyentes, a la vez que exigen rectitud y justicia al ateísmo.

“Así, su lucha interior y su interrogarse es también una llamada a los creyentes a purificar su propia fe, para que Dios – el verdadero Dios – se haga accesible”, (1)

 

 

(1) Las convicciones espirituales en la construcción de la paz, Francisco Varo.