Los tesoros de la liturgia
Al leer las biografías de los santos descubrimos cómo algunos quedaban arrebatados al celebrar o contemplar la Eucaristía. Así le sucedió a Tomás de Aquino, a santa Teresa de Jesús… En el s. XX encontramos, entre otros, a la mística Alexandrina Maria da Costa, beatificada por san Juan Pablo II. La historia es testigo de un buen número de milagros eucarísticos en Europa y en otras partes del mundo. En ambos casos la autoridad de la Iglesia reconoce un don de Dios extraordinario para la fe de los bautizados, y un reclamo para quienes son o viven como agnósticos.
La situación ordinaria en tantos lugares es tan variada como sorprendente: o personas que participan mudas y distantes en las misas dominicales; o bien otras que las viven con una fuerte carga emotiva, ignorando cómo aquello compromete su vida; hay incluso quienes no ven la relevancia de estas ceremonias sagradas en una sociedad que –al menos en Europa y Estados Unidos– se autodenomina posmoderna. Y, claro está, hay grupos eclesiales activos o personas individuales que sin grandes consideraciones teóricas viven de la Eucaristía, verdadero corazón de la liturgia y de la vida de la Iglesia. No quiero pintar un cuadro pesimista; sólo me gustaría incidir en un reto: el de ayudar a quienes hayan podido caer en una especie de analfabetismo espiritual y doctrinal.
La pastoral y la teología académica animan a la formación litúrgica: desde la catequesis a los niños y jóvenes, a las familias, hasta llegar a los sacerdotes mismos y su formación permanente, así como a los candidatos al sacerdocio. La tarea es ingente y la movilización general necesaria. La dificultad es cómo presentar este mensaje de modo comprensible y ponerlo en contacto con la vida real.
Éste es el sentido de este blog, con un título elocuente: “Los tesoros de la liturgia”. Tesoros escondidos, ignorados por algunos, preciosos, que otros nos legaron; son textos antiguos y venerables que no siempre somos capaces de descifrar; son testimonios de una fe que se encarnó en las diversas formas de la cultura (pintura, orfebrería, escultura, arquitectura…) y que nos conectan con nuestras raíces: Cristo Salvador y la primera comunidad cristiana.
Con la ayuda de varios estudiantes universitarios comenzamos este blog. Espero que sirva de ayuda a la formación litúrgica de los lectores.
Alfonso Berlanga
15 de febrero de 2015