No quedarnos en oruga

19/06/2020 | Por Arguments

Antonio Rojas

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la chispa

">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2020/06/No-quedarnos-en-oruga-2A--e1592564293183.jpg"> Aquel que no es lo suficientemente valiente para tomar riesgo, no logrará nada en la vida. -Muhammad Ali (Cassius Clay)- En su libro Tu tesoro oculto (Your Hidden Treasure), W. G. Montgomery, cuenta la historia de dos hermanos que llegaron en barco a Nueva York en 1845. Procedían de Alemania donde el mayor había aprendido a elaborar el chucrut o col fermentada. Se informó de que en California la tierra era barata y fértil y probó fortuna. Su objetivo era cultivar coles, elaborar chucrut y poner en marcha un negocio. Tuvo éxito en la empresa. El hermano menor, marchó a Nueva York, trabajaba de día y estudiaba de noche. Hizo un curso de geología y metalurgia, y aprendió sobre las rocas y minerales que se hallan en diferentes clases de terrenos. Pasados unos años, marchó a California para visitar a su hermano, el cual le mostró sus plantaciones de coles. Pero al hermano menor, más que las coles, le llamó la atención la tierra. Cogió muestras para estudiarlas. Caminaron hasta un arroyo poco profundo donde, el hermano menor, cogió cuarzo y arena del fondo del arroyo y, señalando un guijarro mate, le preguntó a su hermano: ? ¿Sabes qué es esto? ? No, contestó el rey de las coles. ? Es una pepita de oro. ¡Has estado cultivando coles sobre una mina de oro!  La mente humana puede ser tan rica en recursos ocultos como aquella parcela era rica en oro inadvertido en el suelo en el que crecían coles. Por eso es importante estar abiertos a nuevas posibilidades, a formas mejores de hacer las cosas, al cambio positivo. Para ello, tenemos que estar dispuestos, como la larva de la mariposa, a romper los muros que nos impiden desarrollar alas. No podemos permanecer detrás de barreras de protección levantadas por nosotros mismos. Hay que alimentar esa energía interior que nos empuja a romper las ataduras del conformismo y la mediocridad que nos estancan, y luchar para crecer, para romper las cadenas de la rutina, del estancamiento, y elevarnos a una nueva dimensión. Cuando nuestra mente tiende a elevarse, tenemos que negarnos a arrojar la toalla o a permitir que el sentimiento de derrota frustre ambiciones justas.  Es necesario ser un poco audaces y dar un paso adelante. No podemos, ni debemos, contentarnos con ser una oruga. La clave está en luchar por romper los límites que nos impiden volar. Hemos nacido para crecer, crecer continuamente por dentro y por fuera. Racionalmente, por supuesto, siempre debemos tener la inquietud, y poner los medios, para no quedarnos en oruga.

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