Gente corriente

20/07/2018 | Por Arguments

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la chispa

">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2018/07/gente-corriente-3-1-e1532082562551.jpg"> El Señor prefiere a la gente corriente,  por eso ha hecho tanta. -Abraham Lincoln-            Jody Williams (Brattleboro, Vermont, Estados Unidos, 9 de octubre de 1950) es una profesora estadounidense y activista de derechos humanos, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1997 por su trabajo en favor de la prohibición internacional del uso de minas antipersonales y bombas de racimo, así como la retirada de todas las minas (y restos de ellas) de todos los territorios a nivel mundial. Su interés por la defensa de estas causas se inició al leer un folleto sobre el activismo global que le entregaron al salir del metro. Después de todo lo conseguido por ella, una persona normal, sin relevancia inicial, asegura que todos podemos hacer muchas cosas. —Creo que la gente corriente puede hacer cosas extraordinarias. Para mí, la diferencia entre una persona «corriente» y una persona «extraordinaria» no radica en los títulos que cada uno posea, sino en lo que haga para que el mundo sea un lugar mejor para todos.           Mi hermano mayor nació sordo. Al crecer, terminé defendiéndolo y pienso a menudo que fue entonces cuando empecé a recorrer el sendero que me llevó a ser todo lo que soy ahora. Cuando Jody Williams trató de crear una campaña contra las minas antipersonales, a finales de 1991, solo contaba con el apoyo de tres personas y una pequeña oficina en Washington, D.C. Lo primero que le asaltó fue la duda: ¿Y si nadie se interesaba por ella? ¿Y si nadie hacía caso? Pero lo tenía claro: el único modo de responder a esa pregunta era aceptar el desafío. Se puso en marcha movilizando a gente corriente de todo el mundo: Kosal, de Camboya, superviviente del estallido de una mina; Christian, de Noruega; Diana, de Colombia; Margaret, otra superviviente, de Uganda, y miles más. Y consiguió crear la mentalidad de que los individuos tienen poder para trabajar, de diferentes maneras, con los gobiernos. Jody está convencida de que preocuparse por los problemas que infestan nuestro planeta, sin dar paso alguno para enfrentarse a ellos, es absolutamente irrelevante. Lo único que cambia el mundo, dice, es la acción.           Lo fácil es hablar, pero para ser efectivos, hay que pasar a la acción. Un número suficiente de personas corrientes, respaldadas por su acción, pueden hacer cosas absolutamente extraordinarias. Es un error —y una comodidad— el pensar que para hacer algo es necesario prestigio y poder. Indudablemente que sí, que el prestigio y el poder ayudan, pero son muchas las cosas extraordinarias que pueden hacer las personas normales —tú y yo—, la gente corriente.

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