El Medioestorbo

02/12/2022 | Por Arguments

Antonio Rojas

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catequesis

la chispa

">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2022/12/images.jpg"> Cree que la vida vale la pena y tu creencia ayudará a crear el hecho. -William James-           Cuando el 14 de junio de 1974 nació, en Palma de Mallorca, Xavi Torres, sus ilusionados padres se llevaron una sorpresa desagradable: el niño nació con tetrafocomelia, malformaciones en los brazos y piernas. El niño no tenía manos ni pies. Después del natural impacto inicial, sus padres, Vicente y Juana Mari, tomaron la más sabias de las decisiones: nada de proteccionismo, había que enseñar a Xavi, ¡desde ya!, a valerse por sí mismo. Por suerte, Xavi era inteligente y con una mente predispuesta a pensar siempre en positivo, algo que es clave para triunfar y disfrutar de la vida en cualquier circunstancia. De hecho, probablemente, sin la decisión de sus padres y su propia actitud, lo normal es que Xavi se hubiese pasado toda la vida amargado en alguna silla de ruedas sin hacer nada constructivo. Fue un calvario el ir descubriendo recursos, pero Xavi nunca se tomó las cosas como un drama. Era un niño inteligente y no se sentía diferente a nadie. En las fiestas de cumpleaños a las que acudía solía ser el que llevaba la batuta. Se sentía útil y eso le daba alas. Él está muy agradecido a la entereza de sus padres, porque ellos querían que yo fuera una persona autónoma, independiente y que tuviera una vida normal y corriente como cualquiera.   Gracias a las prótesis, empezó a andar al año y medio, lo que le permitió llevar una vida con cierta normalidad como cualquier otro niño, hasta tal punto que siempre jugó a lo que jugaban todos, incluso al fútbol. Graciosamente, Xavi lo cuenta así: «En el equipo estaba el portero, el mediocentro, el no sé qué y el medioestorbo; yo era el medioestorbo, estaba ahí y jugaba fatal, ¡qué esperáis, no tenía piernas!, pero yo jugaba y me lo pasaba muy bien y, además, siempre tenía equipo, siempre iba o con unos o con otros, pero siempre tenía equipo». Se decantó por la natación y a los 14 años ganó su primera medalla. A partir de ahí ya empezó a competir de verdad hasta conseguir 16 medallas en los juegos paralímpicos (1992-2008), 5 de ellas de oro. Qué fantástico el ejemplo de superación y animosidad de Xavi Torres que, sobreponiéndose a sus limitaciones, lejos de encerrarse en una estéril y egoísta autocompasión, se abre a los demás dispuesto a aportar lo que tenga, aunque sea un medioestorbo.

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