El silencio es como el viento: atiza los grandes malentendidos y no extingue más que los pequeños. -Eddie Constantine- Cuentan los muy viejos del lugar que había una serpiente tan agresiva que había mordido, prácticamente, a todos los lugareños y, por eso, pocos se atrevían a aventurarse por los campos. Como vivía por allí un maestro de reconocida santidad, los aldeanos recurrieron a él para que domesticara al reptil y lo introdujera en la disciplina de la no violencia. El maestro aceptó el reto y, pasado un tiempo prudencial, los habitantes de la aldea descubrieron que la serpiente se había…
Antonio Rojasmarzo 11, 2022