Tragedia moderna

27/09/2019 | Por Arguments

Antonio Rojas

catequesis

la chispa

">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2019/09/Tragedia-moderna-2-1-e1569581972217.jpg"> El verdadero emprendedor no es un soñador, es un hacedor. -Nolan Bushnell- Oscar Hammerstein II, (1895-1960) fue un libretista estadounidense, que nació y murió en Nueva York. Su ascenso a la fama se dio con una serie de comedias musicales y operetas entre las que se encuentran: Oklahoma (1943, premio Pulitzer especial), South Pacific (1949, premio Pulitzer), The sound of music (1958). En España se tituló: Sonrisas y lágrimas. En 1965 se hizo la película con Julie Andrews. Oscar, que supo de luces y sombras en su vida, afirmaba: Tengo que hacer una declaración poco corriente. Soy un hombre que cree ser feliz. Lo que hace poco corriente la frase es que, cuando un hombre es feliz, rara vez se lo dice a nadie. El hombre infeliz es más comunicativo. Está ansioso por declamar lo que está mal en el mundo y parece tener talento para reunir un público amplio. Es una tragedia moderna que la desesperación tenga tantos portavoces, y la esperanza tan pocos. No creo que nadie sea capaz de gozar de la vida en este mundo si no acepta su imperfección. Hay que aceptar la dualidad: luces y sombras. SOMBRAS: La muerte nos ha arrebatado a personas queridas. Algunos esfuerzos han terminado en fracasos. Conocemos a personas que nos han decepcionado. Yo mismo me decepciono a mí mismo… LUCES: Tenemos una larga lista de personas que nos aman y valoran y están vivas. Todos disfrutamos de éxitos. ¿Es poco gozar de buena salud? ¿Es poco la esperanza de que, a pesar de todo, la bondad triunfará sobre el mal?... Fijarse solo en las sombras es tan imparcial como describir un árbol únicamente con el aspecto que tiene en invierno. Esta percepción, aunque real, es falsa por incompleta. Aprendamos de la naturaleza. Sus veranos no siempre se inician los días 21 de junio. Los gusanos e insectos, entre otros, devoran las hojas y flores con los que ella ha adornado el campo. Tiene periodos de sequía que alterna con lluvias torrenciales. Pero todo ello, conjugado, genera el continuo milagro de la vida. No creo que nadie sea capaz de gozar de la vida en este mundo si no acepta su imperfección. El conflicto entre lo bueno y lo malo se funde en una espesa maraña. No es posible aislar la virtud y la belleza y el éxito y la risa, e impedirles todo contacto con la maldad y la fealdad y el fracaso y el llanto. No es posible. Pero hay una tendencia generalizada para hacer posible este imposible, y este empeño absurdo convierte la vida de los que esto intentan, en una tragedia moderna.

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