La misma comida

06/11/2020 | Por Arguments

Antonio Rojas

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catequesis

la chispa

">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2020/11/La-misma-comida-1-e1604664943584.jpg"> No hay nube, por negra que sea,  que no tenga un borde plateado. -R. Tagore-  Tengo dos amigos que, ocasionalmente, estuvieron ingresados unos días en el mismo hospital. Casi en la misma planta e idéntico tratamiento. Sin embargo, al pedirles sus opiniones por el trato recibido, bien pudiera dar la impresión de que habían estado en dos hospitales diferentes. ?Chico, me han tratado genial. Personal competente y atento. La comida excelente, personalizada y sana. Algunos se quejan de que está sosa, pero es lo más saludable. Las molestias, dolores e incomodidades, se ofrecen, y así, de paso, mientras se cura el cuerpo, fortaleces el alma. Genial, estuve encantado. ?No me hables. Encima de las molestias de la enfermedad, tuve que aguantar la incompetencia y poca sensibilidad del personal sanitario. Y de la comida ni te cuento: no se podía comer. ¡Qué importante la actitud! Marca la diferencia en las personas y las divide en dos grupos: optimistas y pesimistas. Hay quien define al optimista como aquella persona que piensa que lo difícil, por muchas dificultades que presente, acaba siendo posible, y lo hace. El pesimista, en cambio, es aquel que, aunque vea alguna posibilidad, siempre piensa que es difícil, y acaba por no hacerlo. Un empresario exitoso, amigo mío, siempre que le preguntaba por la causa de sus éxitos me decía: ?Indudablemente hay varios factores, pero para mí, la clave está en la actitud de las personas que trabajan en mis empresas. Estoy convencido que es el principal ?no el único? activo empresarial, porque la empresa vive de las ganas de aportar, de crecer, de mejorar y de luchar de las personas que trabajan en ella. Soy de los que opinan que la actitud es el factor que diferencia a las personas, porque con la actitud, uno pone en marcha sus mejores esfuerzos y capacidades. O no. Hay personas que saben y hay personas que quieren. El saber no es lo más relevante, porque si no saben, pueden aprender, pero las personas que no quieren tienen mal arreglo porque optan por la actitud equivocada. Los conocimientos y las habilidades son importantes, muy importantes, pero, con frecuencia, no suficientes. Con tiempo y buena actitud, se pueden adquirir y desarrollar conocimientos y habilidades; la clave está en la actitud, que no suma: multiplica. Unos trabajadores con una actitud constructiva sienten la empresa como propia y transmiten responsabilidad, entusiasmo y energía. Esto es válido para la empresa, la sociedad y la familia. Nuestra actitud nos hace muy diferentes, aunque todos nos alimentemos de la misma comida.

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